1) dentro de la caja
el sábado fui víctima de mi cautivación momentánea, mientras (como cada quince días) caminábamos por eltianguis al que vamos a comprar las verduras; después de internarnos en ese colorido pasillo de 2 vías, habiendo pasado por los utensilios de cocina, puestos de frutas, enseres menores, ropa, pescado frito, verduras varias, juguetes, discos piratas, yogurth, quesos, pollo, paletas y frutas cubiertas con chocolate de colores y adornadas con granillo de dulce, llegamos al final del pasillo en nuestra habitual ruta de "ida", cuando un sonido particularmente activado en mi memoria (como lo mejor de las pollocoas escolares) me hizo voltear al suelo, al interior de una de las dos cajas de galletas saldas,donde un montón de bolas de plumas teñidas vegetalmente yacían pillando desesperadamente en busca de un nuevo hogar (o tal ves, sólo de alimento)
los tres nos detuvimos a ver el espectáculo tan colorido, ya que los pequeños plumíferos eran de colores (verde fosforescente, morado uva, rojo y azul rey) y algunos tenían pegadas a sus pequeñas cabecitas, trozos de bolas de unicel a manera de gorras; a decir verdad a mi me causó un poco de angustia notar el hecho de las gorras adheridas a los animalitos, sin olvidar que desde niña me preguntaba como era posible que los pollitos fueran teñidos de colores sin hacerles daño, cosa que hasta estedía de mi vida, ignoro
lo que recordé en ese instante fue que todos mis pollos habían muerto en trágicos accidentes: el gato decidió que le eran divertidos y los comió, la casita de tablas atropelló a otro, y creo que uno pereció en mi fallido esfuerzo por hacerlo volar...
una manchita oscura me hizo mirar detenidamente la caja más cercana, donde había alrededor de 4 cabezas no teñidas y de una especie distinta a los pollos, sin emitir sonidos aparentemente entre el resto de los pollos, y le dije a mi sujeto greñudo levantando sólo la mirada: hay patos!
se agachó y metió la mano a la caja, tratando de tomar esa pequeña manchita oscura, ya que los otros 3 eran amarillos (como todo el mundo los puede recordar de un anuncio clásico sobre cierto pastelito con mermelada y cobertura de chocolate, ya que su slogan es precisamente "recuérdame"), yo no me di cuenta de el precio a pesar de que una pareja le compró uno a una niña que se paró a un lado mío.
les pregunté si sería buena idea comprar uno y engordarlo, a lo que mi hermana dio una negativa disfrazada de "yo no voy a limpiar nada de lo que haga", y Pako "como quieran", tratando de dejar al ave dentro de la caja, mientras me decía algo angustiado: no se quiere bajar
pregunté que comían, ya que nunca en la vida había tenido relación directa con dicha especie, y el vendedor comenzó a decirme una sarta de tonterías (clásica de quien quiere hacerse el gracioso para cerrar un trato o negocio), tomando al ave de la mano de que lo sostenía lejos de los picotazos de los pollos, y colocándolo dentro de una pequeña bolsa plástica transparente con agujeros
estaba a punto de darle el dinero cuando me dijo: esos cuestan 25 y yo tenía solamente 10 en la mano, ya queal principio pregunté por el precio de los pollos, saqué el resto de mi cartera y nos fuímos de regreso por el lado opuesto del pasillo, a comprar los faltantes de la lista, en medio de las miradas de la gente, atraídas por el sonido que emitía con suma desesperación nuestro pequeño palmípedo, al tratar de salir de su prisión plástica.
2) el rechazo
después repartirnos las bolsas de mandado entre los 3,que eran más o menos 5 manos (ya que una estaba siendo ocupada de lleno por el palmípedo), nos dirigimos a un conocido centro comercial (oriundo de mi tierra natal, por cierto) a comprar el resto de las cosas que nos faltaban; habiendo dejado en la paquetería nuestras pesadas bolsas con verduras y otros artículos, nos dispusimos a entrar con la ingenuidad de que nadie nos diría algo si entrábamos a la tienda con un pato en la mano; la negativa fue rotunda, y una vez más, nos preguntamos si el que estuviera cuidando al pato se iría a la casa a dejarlo, o sólo uno de nosotros no entraría a hacer las compras.
el voluntario dijo que nos esperaría mientras nosotras terminábamos de hacer las compras, y se fue a sentar, mientras se escuchaba el alboroto que provocaba el pato en su mano; después de un rato salimos con las compras, pasamos a la paquetería y tomamos un taxi hacia el departamento.
3) la duda
al llegar cargados de cosas y con mucha hambre, acomodamos lo más urgente, y le dispusimos una pequeña caja de medicinas a nuestro nuevo ahijado, que parecía algo incómodo y decidió burlar la altura de su nueva prisión, así que lo mudamos a otra caja más grande, con periódicos en el interior, un recipiente con agua y la duda ya que ningno tenía idea de qué comía un pato
nos dispusimos a ir a la carnicería y de regreso pasar por el internet que nos daría una atinada respuesta sobre la interrogante alimentaria del palmípedo en cuestión, no sin antes intentar darle tortillas remojadas en agua, un poco de tomate picado y algo de masa de maíz que nuestra vecina nos obsequió amablemente cuando solicitó nuestra ayuda para cocer los tamales que estaba preparando con motivo del día de la Candelaria.
después de 2 kilos de carne, llegamos al internet y utilizamos el infalible buscador que arrojó 3 imágenes en la parte superior de la ventana, y más abajo 3 referencias (útiles para nuestro caso) sobrelas especies, alimentación y cuidados de los patos domésticos; descubrimos por una de las imágenes que el nuestro era un "pato de río", y nos dimos cuenta de que no estábamos del todo perdidos al darle tomate para comer.
4) el abandono
después de haber regresado a la casa, terminado de acomodar las compras, alimentado al pato y dejarlo nadar un rato para lipiarlo, y comido nosotros, nos dispusimos a ir a hacer el resto de las compras de mayoreo; en nuestro camino vimos abierta la veterinaria y pedimos información sobre el cuidado del animalito, que ha sido de mucha utilidad.
el palmípedo se quedó sólo alrededor de 5 horas, llorando nuestra ausencia y falta de atención, pero al parecer desistió en su llamado al no ser antendido por largo rato, quedándose quieto, echadito en el rincón sobre la avena remojada, y emitiendo un sonoro llamado de auxilio al escuchar la puerta abrirse cuando regresamos.
Le di de comer, cambié sus periódicos y agua, y se quedó algo más quieto que a su llegada, ya que parecía reconocer figuras que lo hacían sentir que no estaba solo, y después de moverlo de ubicación a una caja plástica, y cubrirla con una camiseta de algodón, su plegaria cesó cuando ya no escuchó murmullos ni percibió iluminación artifical y se quedó dormido toda la noche.
5) la causa de mis desvelos
la mañana siguiente comenzó temprano, cuando no fue el pato lo que me despertó, era la sensación de ir al baño y el abrazo que no me dejaba salir de entre las cobijas mejor dicho, pero en cuanto produjo sus primeros sonidos matutinos si era "mi pato"; lo saqué, limpié, bañé, y alimenté cuando empecé a preocuparme demasiado porque al dejarle la comida y no dársela en el pico, vi que lloraba insistente por hambre, y que ni siquiera volteaba a ver sus recipientes, y me entró el pánicode pensar que moriría de hambre si no lo alimentaba, pero me resigné a que, por cruel que parecieran mis acciones de ignorarlo frente al televisor, tenía que valerse de su olfato para rastrear la comida en ausencia de cualquier ser humano que pudiera atenderlo... al cabo de un rato ya sabía donde estaba la avena y comía por breves instantes
salí del departamento un tanto frustrada a comprarle semillas y esas cosas que me dijo el veterinario que podría comer ahora que es pequeñito, y al ver cerrada la tienda, regresé al centro comercial por un paquete de comida para aves, busqué algunas verduras tiernas, y al ver el tamaño desistí ya que sería más el desperdicio que el provecho de la calabacita que deseaba comprar.
regresé a casa e implanté un tercer recipiente con semillas que al principio pareció pasar desapercibido ante la mirada del pato, pero que, al igual que la avena, se le tomó en cuenta cuando nadie lo esperaba, primero para posarse sobre él, y después para examinar el contenido.
antes de ponerlo a nadar ese día, dejé al palmípedo que caminara un rato por el piso del lugar, para que no estuviera de flojo en su casa ya que inexplicablemente, a pesar de tener espacio, no camina en su interior, sólo intenta salir saltando cuando ver a alguien o se queda quietecito sin mover siquiera la cabeza; reconoce figuras y las persigue, provocando un sonido gracioso con sus patas que me hace recordar el peculiar sonido que produce una rebanada (mejor dicho, un kilo) de jamón al caer al suelo. No importa si se da uno o más pasos, siempre corre detrás de quien camina y a veces se cae en el intento de frenar sus pasos precipitadamente.
6) depresión post-pato
el día de ayer transcurrió como un domingo cualquiera, donde estuvimos tiradas viendo películas desde la "comodidad" de una colchoneta en el suelo a falta de sala, después de haber hecho el que hacer y mientras Pako trabajaba (porque a los judíos les interesa un sorbete lo que diga la ley federal del trabajo para los mexicanos), el pato reconocía su entorno, pillaba de vez en cuando, le daba vueltas a su comida, se metía en su recipiente con agua a tomar un chapuzón y se echaba sobre sus patitas pintas a emitir sonidos como de juguete para bebé mientras estaba tranquilo y nada parecía molestarlo; a pesar de la quietud, no durmió como se puede esperar de cualquier animalito en reposo.
el extraño sentimiento de pre-abandono del cual sería víctima hoy mi pequeño palmípedo, hizo que yo sufriera una especie de "depresión post-pato", ya que me sentía mal por tener que dejarlo solo por tanto tiempo (más de 12 horas) sin compañía humana, o un poco de atención, con su comida batida, el agua sucia y el periódico lleno de desechos que terminarían enredados en sus patas y repartiría por igual entre el agua, las semillas y la avena remojada; me puse a llorar aparentemente por nada, y mi siempre atento greñudo, me dijo que no me preocupara demasiado, que tarde o temprano el pato se tendría que acostumbrar a vernos solo de mañana o de noche por la casa, que no era el fin del mundo que estuviera solo y sucio, y que además, no podía hacer algo al respecto.
era tanta mi preocupación por esa pequeña e indefensa criaturita que depende de mi para comer y estar limpio, que ni me estaba riendo de los chistes de "los Simpson", quien por cierto estaba llorando dentro de su casita cubierta por la playera, ya que era muy tarde para que siguiera despierto...
no sé si sentía un profundo temor de no poder cuidarlo bien, o de no saberlo hacer... creo que mi angustia sobre si puede o no estar solo se disolverá hoy cuando llegué a casa después del trabajo
no tiene nombre porque ignoramos si se trata de una hembra o un macho, así que hasta nuevo aviso, esa pequeña bolsita que flota en el agua y agita sus patas, corre agitadamente detrás de mis pasos y me llena la cabeza de dudas, alegría, preocupación y felicidad seguirá siendo "Patito"
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