me muerdo la carne que envuelve mis dedos, cual trozo de chicle siendo arrancado de la suela de un zapato, mientras recorro al tiempo con mis dedos sanos pienso que pasa afuera, mientras yo me desangro por medio de las heridas de nula gravedad
llegué a la interesante conclusión que hoy se hace pública: tengo una fijación por los hombres que no me quieren pero que tampoco dejan que yo los quiera y de todos modos me hacen creer que los quiero y ellos dan por hecho que, aunque no me lo digan, me quieren
(que patética soy)
citándome a mi misma: el primer paso es aceptarlo...
2 comments:
interesante reflexión esa de los hombres...
habrá que masticarla...
no es una reflexión sobre hombres, es lo que me sucede con ellos ¬¬
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