Yo y mi gran bocota podemos meternos en serios problemas a veces, y he tratado de mantenerla cerrada por más tiempo de lo normal en este año. Creo que me he evitado muchos problemas, pleitos, disgustos, desilusiones y tópicos por el estilo. Parece que no me ha resultado tan mal.
El viernes pasado, fue la posada de la división donde estoy trabajando, hubo buffet italiano (delicioso por cierto, y yo fui la única tragona que dejó limpio el plato), tomé vino tinto y mucho mucho tequila, pero no alcancé a entrar al concurso de caballitos, por que corrí al kiosko digital a imprimir fotos gratis, jajaja, de haber sabido hubiera retacado mi flash USB con fotos del año pasado, de las memorables visitas al ahora extinto "Arrabal", las de los toquines a los que acudí, y una que otra que vale la pena.
Claro que ahí tuve que mantener la boca cerrada, digo, cualquier cosa que pudiera decir sería usada como burla hoy lunes, o en mi contra (aunque no creo, acá no conozco a mucha gente que conoce a terceros involucrados, y por el estilo). Y creo que si, una vez más, mi boquita y un teléfono me van a meter en un problema, pero pues, eso me pasa por pendeja y querer ayudarle a la gente ¬¬ moraleja: dejar que se maten solos!! y mejor yo no me meto...
A ver de qué color se ponen las cosas en estos días, sinceramente no me voy a mortificar, y si me dicen algo, pues, hasta entonces explicaré, ¿para qué anticiparse a los hechos? Eso me lleva a recordar cómo las "interpretaciones ajenas sobre un hecho propio" me costaron bastante el año pasado para estas fechas decembrinas, y que siempre (o generalmente de entrada) puede más la "opinión ajena" que la "propia palabra".
Cada quién vivió su parte, pero cada quién aparte...
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