Wednesday, March 26, 2008

hoy en la cocina: mi compañera de vida

No sé como empezar esta nota, ya que es la cuarta vez que lo intento, pero... igual que con mi primera crónica de la cocina, anotaré lo que me vaya saliendo de la memoria: nos remontamos a 1990, cuando cursaba 1° de primaria en un colegio de índole católica ubicado en la calle 21 y Allende en Torreón, Coahuila; la verdad, ella había ingresado dos años atrás, en segundo de kinder, pero cada quien anduvo por su propio parque.


La punta de todo esto la dio mi tercer año de kinder, cuando yo era la inseparable amiga de la niña que finalmente nos presentó y luego se sintió desplazada al infinito y se encargó de hacerme miserable cada momento que pudo hasta que yo harta de la situación, la mandé a cocer tapioca y santo remedio.

Teníamos mucho más en común que el las iniciales de nuestros nombres, el cabello oscuro, el mes de nacimiento, y ser las menores de la familia; había una especie de código secreto disuelto en el tiempo que nos hizo coincidir justo en ese momento y lugar en el tiempo. De inmediato nos hicimos como una masa homogénea que era difícil de separar, pero que se podía compratir (tanto así que éramos 3 Ds en la bolita--> Dayna, Daniela y Diana).

Nuestra época de primaria transcurrió entre los viernes en su casa o en la mía, las pijamadas, viendo caricaturas, jugando a lo que nos dictaba nuestra imaginación, pequeños pleitos derivados de terceras personas, y la escuela con todos sus adjuntos: trabajos, tareas, compañeros. Cada cosa que nos pasó fue única e irrepetible, dolorosa y simplona, y nos llevó por ese camino de la niñez a la pre-adolescencia, donde yo determinantemente quise alejarme del bullicio de los años acumulados cambiándome de escuela, sin buenos resultados debo decir, ya que al año y medio regresé como se dice vilmente: con al cola entre las patas a lo que era mi nido de amistades, maestros y "Alma Mater", por cuestiones que aún ignoro pero que sé que fueron derivadas de esas dos separaciones fuertes que viví teniendo apenas 12 años.

Ella conocía más de mi vida en casa que yo que vivía en ella, de hecho, ella conocía incluso lo que yo no decía... al mismo tiempo yo sé varios detalle sobre su vida y el interior de las paredes de su casa que nadie sospecharía que están ahí. Eso se llama ser confidentes absolutas la una de la otra con todo lo bueno, lo malo y lo feo de la vida en diversas etapas.



De su ambiente diferente al mío por completo tomé mis primeras groserías gracias a su hermano, empecé a desvelarme, y vivía destellos de "algo mejor" que mi ex-vida de clase media con privilegios de exportación. De mi ambiente ella tomó el autoservicio y el gusto por los gatos.

En medio de la tormenta emocional que representaba en ese momento no tener a quién seguir y estar en mi casita con aire infernal, mi válvula de escape seguía siendo perderme del planeta con ella, en su casa, hablando de un montón de cosas que parecían bobas pero que nos liberaban de nuestros respectivos achaques de la edad y escuela. A pesar de no estar físicamente en el mismo salón de clases, siempre estuvimos presentes fuera de la escuela, yo seguía sin hacer migas en mi nuevo lugar, excepto por una persona que si no hubiera salido a mi rescate, hubiera pasado con menos gloria que pena en mi nueva prisión.

Nuestra adolescencia también tuvo sus contrastes, ya que, mientras ella era fanática de la ropa fashion, los maquillajes metálicos y las boy-bands, yo seguía en medio de los videojuegos y hasta intenté hacerle segunda en cuestiones de música, pero yo seguía con la misma música añeja que estaba a mi alrededor (o sea, búrlense mis lectores, me hicieron ir a la rockola coca-cola a ver a Mercurio! y lo peor, me supe 2 o 3 canciones, oh, qué pena ajena me doy a mi misma), pero el cotorreo estuvo chido ese día a pesar de que casi morimos de pulmonía xD. Pero ahí estábamos las dos en primera fila para las expos de ánime y comics, cantando en japonés y volviéndonos locas con las cosas que podíamos comprar, ver en internet o mandarle pedir a mi hermana que entonces vivía en Guadalajara.
Mi último golpe emocional lo recibí en el último grado de secundaria, a los 15 años, cuando por un mal entendido de parte de la tercera en discordia que siempre se sintió en el abandono total por habernos presentado, asumiendo un comentario que ni era para ella, y además, eso le pasó por metiche... claro, como siempre yo era la mala del cuento, y ella no sé a ciencia cierta que les habrá dicho a las 2 Ds restantes, pero no me hablaban. Yo en vez de darme al awite total, me puse a explorar nuevo rumbos con la chica nueva del salón, la que se sentaba a un lado de mi, y mis amigas de la época del kinder, que también estaban atravesando una crisis con sus respectivas "uñas y mugres".

En ese mismo tiempo, hubo una pérdida significativa, cuando una figura de singular importancia en su vida partió, dejando más que un hueco en el árbol genealógico; yo estaba como que entre la espada y la pared, porque de alguna forma, no me le podía acercar a decirle algo nque la hiciera sentir mejor, ya que su "perro guardián" no se le despegó ni un sólo momento. Admito que en ese día y ese momento me sentí tan desplazada de lo que consideraba mi esfera de libre movimiento, pero no hice algo más por la naturaleza de la situación y me alejé dejando huellas no perceptibles.
El final de la secundaria marcó cosas importantes, mejor dicho el baile, cuando estaba yo con mi contraparte cambiándome los zapatos en el baño y llegó la tercera en discordia, diciéndome que no me los quitara, que estaban muy bonitos y yo le propuse no hacerlo a cambio de que hablara sobre us pleito conmigo y el porqué había acarreado a mis amigas. Ahí fue donde ella soltó la sopa del comentario y estaban mis 2 amigas de antaño; la que hizo el comentario original se atacó de risa y le dijo que nada que ver, que ni siquiera estábamos hablando de ella, era de la tipa que le estaba bajando a su novio, pero la otra por andar de metiche se lo tomó personal y desajustó todos los mecanismos de nuestra maquinaria.

Yo todavía de pendeja (es que no existe otra expresión para mi límite de bondad) le dije que me disculpara si llegó a sentirse mal por eso, y tan tal y como antes, terminamos el baile como si nada siendo todas "tan amigas como siempre". Esa fue al última vez que yo dejé que me hicieran la vida miserable y admito que, después de mis supuestas disculpas para recuperar a mis verdaderas amigas, ya ni me tomé la molestia de hablarle o saber que fue de ella...

Lo que siguió fueron borrones de la preparatoria y el regreso de mi figura a quien seguir, donde cada una de nosotras se fue a escuelas diferentes, y eso hizo para mi un poco más de contraste en cuanto a nuestros estilos de vida, ella se matriculó en una escuela de paga, y yo en una federal.

Seguíamos viéndonos por fuera, pero cada vez esa pequeña brecha se hizo mayor debido a los trabajos, tareas, exámenes y círculos de diferentes amistades. Sin embargo, los lazos hechos en todos esos años no se iban a romper tan fácil por cuestiones de distancia escolar y emocional.

Hubo cosas de magnitudes impresionantes que no le llegaron como noticia de primera plana, pero estuvo presente; estuvo cuando yo perdí a una figura tan importante como lo fue para ella el hecho ocurrido 3 años atrás.

La universidad la describiría como 4 años de grandes ausencias, de pocas confidencias y la no-presencia de momentos importantes en la vida de cada una respecto de la otra. Como desde la secundaria, nos veíamos de vez en cuando para hablar de cosas más existenciales, más profundas, y nos seguíamos riendo de los mismos chistes de antaño como si fuera la primera vez. Ella salió un año antes que yo de la carrera y yo enfrenté otra separación fuerte de 2 personas en diferente ciudad, una pérdida seria en mi vida sentimiental y un fracaso total con mi "vida prestada". Grabó mi patético "speech" en la lectura de protocolor profesional y estuvo ahí, a pesar de que fue muy temprano y hacía frío ¬¬.

Retomando las coincidencias de carácter, de gustos y de nosotras mismas, seguíamos en el mismo camino que nos juntó. Una vez casi aisladas de la vida universitaria, nos juntamos más seguido, hicimos cosas en conjunto, y tenemos un plan pendiente (por cierto) sobre un viaje.

Lo que vino después fueron las crisis del desempleo, la pobreza el amor; en el ocaso de la abundancia que ambas tuvimos en la niñez, estábamos hace dos años hablando de lo que haríamos en el futuro con nuestras vidillas. Yo sabía que me iba a ir de Torreón, y se lo dije tal vez antes que a mi propia cabeza, y me quiso seguir, pero dijo que debía terminar primero ciertos pendientes. Una nueva partida de un ser que fue eje de su vida se dio en septiembre de 2006, donde esta vez si estuve (con mi pelo rosa para sorpresa de todo el mundo) como no pude hacerlo la primera vez.

La fecha de una nueva separación entre nosotras tomó rumbo en mayo del año pasado, después del festival de Lerdo, donde me vio, me dijo que no debía olvidarme de nuestro "plan de viaje", que tenía que hacer lo que fuera para empezar a ser yo, y que nos veríamos pronto. Mi contraparte estaba presente en esa despedida, y recuerdo haberle dicho: ¿qué son 10 horas de distancia contra 18 años de nuestras vidas? mientras le daba un abrazo y las dos nos pusimos a llorar como si no hubiera mañana.

Esa es la cifra correcta de esta amistad: 18 largos años, prácticamente más de la mitad de nuestras vidas!! y en vez de sentirme vieja al decir un número, me siento orgullosa de decir que entre su cabello con rayitos, pelirrojo o castaño, con mis rayos rosas, mis uñas negras, las mochilas de los 90's, los cassettes de música J-pop de anime, los kilos de recuerdos de cada experiencia, mi compañera de vida, originalmente pretendía publicar este escrito en 7 partes para finalizarlo en tu cumpleaños, para decirte que a pesar del tiempo y las circunstancias, siempre vas a tener un lugar muy grande en mi vida, mi corazón y mis recuerdos, que seguirán ahí por largo tiempo.

Las evidencias en audio y video son parte de la historia, cuyo contendio seguirá en nuestras cabezas y en secreto ya que pueden balconearnos en you-tube y NADIE de las involucradas desea eso (el que se atreva, morirá!! según tus propias palabras)... pero puedo decir que siempre me voy a acordar de cuando éramos niñas y tu decías dos cosas:

* Ya estoy vieja xD
* Que padre ser vieja para que te paguen por no hacer nada...

Ahora que estamos empleadas y no podemos jubilarnos por el seguro, creo que la segunda no podremos vivirla en plenitud ya que nos roban un montón del salario ¬¬ y ya sabemos que por eso hay que chingarle desde antes para que te pague por hacer "nada" cuando estás viejo ¬¬. Pero no te preocupes, que para eso estamos echándole ganas desde ahorita, para tener con qué pagarnos nuestros tanques de oxígeno que acarrearíamos juntas, según mis propias palabras de hace muuuuchos años también.

Un abrazo muy fuerte, un beso enorme, una foto que me topé de tu pasado cumpleaños, con gente que conocemos hace miles de años!!!de izquierda a derecha: Dayna Edson Dafne y Cynthia



Este post fue patrocinado por:
* mi memoria (tan reluciente como siempre)
* los animes que vimos =)
* las canciones de los anteriores
* Seiya-Ko, Tai-Ko y Yaten-Ko
* las 100 lanas que te pagaron en nuestra última presentación xD
* el micrófono que yo me robé
* Mokona voladora xD
* el super efecto de la cámara de video
* Mickey (jajajajaja)
* las apariciones de "Juan Diego"
* la Barbie Cocu (jajajajaja)
* Magdalena saca-copias
* Cepillín y su condón en la bolsa
* la abeja y la guía práctica
*la limonada rosa
* Carnicería ahumada y Elena-Rimada
* Hello Kitty
* el costalazo y el "patito" (qué técnica señores, qué técnica!!!!)
* escenografía: de cartón
* maquillaje: batido * unidad móvil: PlayMobil
* efectos especiales: baratos
* las muletillas de la tele y sus programas
* el cara de papa
* las radio novelas
* y por supuesto, protagonista de esta crónica--> tú!! Dayna Elizabeth Martínez Mears ;D



P.D. los detalles omisos son para conservar un poco de nuestra dignidad y chistes locales, al cabo... nadie lo notará xD




¡¡¡SALUD POR NUESTRAS VIDAS!!!


por cierto, aún me debes las fotos del Lerdantino (jaja)

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