Friday, February 18, 2011
catarsis obligatoria en este preciso momento
siempre he estado convencida de que toda historia tiene 3 versiones: la mía, la tuya y la suya
de un modo decepcionante me acabo de dar cuenta que cierta gente que conozco es igual a los dados, a diferencia de las monedas que solo poseen dos caras, hay algunas que muestran las suyas a conveniencia, como solía decir de alguien a quien conocí en el trabajo: se mueve para donde le pega el viento
eso me ha puesto a dudar nuevamente de donde tengo plantados mis pies, no sé si sentirme traicionada, estúpida o títere de su juego, tengo esa asquerosa sensación de un nudo en el estómago que está a punto de reventar, me siento insegura fuera de mi mismamantén a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca...
¿qué quieres?
¿qué ganas?
comprendo que así eres: un amor en un inicio, luego comienzas una guerra en pro del género, pones a unos contra otros, dices lo que el otro quiere esuchar SIEMPRE, tejes realidades a partir de un mundo fantástico, y de dientes para afuera admito que te viene de maravilla el papel estelar, eres tan convincente que caí en tus redes (no fui la única al parecer), me convertí en pieza clave de esa parte de tu juego
me doy vergüenza y estoy muy decepcionada de mi (de ti no puedo expresar sentimiento alguno, eres polvo, que se acumuló sobre mi ser sin percatarme de ello hasta que vi de reojo en un espejo y claramente noté que yo estaba por debajo de esa estela parda que me impedía respirar plácidamente)
siendo que desconfío de muchas cosas que tal vez no debería y me estoy dando cuenta ahora te ganaste mi confianza: me tragué completita tu historia, tus intenciones, tu maldita verborrea envenenada que me hizo sentir ganas de reír, me hizo llorar, me hizo dudar y hasta me ilusionó en algún punto del camino, me hizo actuar a tu sombra, seguirte los pasos, me dejé inducir por tus ideas y sobre todo, lastimé a gente importante que es parte de MI vida por esa ceguera teatral
eso mismo que sembraste me hace ahora escupir lo que ya no quiero llevar conmigo, ni a cuestas ni como recuerdo, estoy enojada, herida, molesta, me siento usada, en esta parte de mi historia, que de algún modo servirá para darte las gracias y evitar caer de nueva cuenta ante tales circunstancias, entre tus engaños que no se dividen por la delgada línea del drama y la realidad, no se distinguen debido al exceso de maquillaje que los adorna
me niego a estar en un papel secundario en esta obra tan chafa en la que me metí sin siquiera pretenderlo, donde todos los extras huyen despavoridos (y comprendo muy tarde el por qué)
pobre ilusa
(¿pobre? estúpida)
me das pena, más que asco o lástima, porque igual lo enojado a mi se me quita en un rato, a ti la esencia ni aunque te bañes
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