ehem, esta crónica será más bien una historia corta de cómo recordé que yo solita decidí, desde una temprana edad el "ya no pertenecer" por arriesgarme a cambiar la rutina y al principio, renegué (reacción normal estar molesta de que ya no tuviera mi lugar habitual en el universo y que todo se moviera al ritmo que marcaba con mi batuta, además, era una adolescente) y luego me di cuenta de que había de dos sopas: o aguantarme o aceptarlo
me tomó mucho tiempo darme a la tarea de poder aceptarlo y ahora hasta le soy indiferente a la reacción de algunas personas (y no por gacha) ya que, ese vago recuerdo del estar desubicada en mi ambiente familiar, de amigos, de lugares que se ven cada vez más distantes y cambiados me golpeó cuando el sábado pasado (25 de agosto) estando en mi natal Torreón tuve que decir: a veces el universo no tiene los mismos planes que nosotros y pues, o uno se adapta o se aguanta y hace lo que le pegue la gana pudiendo todo salir mal o bien dependiendo de las circunstancias
y si, yo tuve la culpa desde el principio por dejar atrás la zona de confort
y soy culpable de haber sumado por la misma vía a mucha gente, muchos otros lugares y momentos, y otrras cosas que no quiero y no desearía cambiar
no sé en que momento me volví más despreocupada y desapegada
(tal vez sea la distancia)
besos desde la inundada Guadalajara a todos los que se han visto involucrados en estos cambios tan drásticos, todos los días se les extraña y me hacen de verdad muchísima falta pero, aprendí que ustedes no dejan de hacer su vida solo por que ya no está cerca la mía...