Como cada 13 de febrero, celebro de manera muy breve en mención, el haber concluidos mis estudios de ingeniería, a la cual, por cierto, llegué sin saber ni fu ni fa del asunto, y por eso, hoy me vino a la cabeza, el hecho no sólo de celebrar en esa fecha el ritual de haber tomado mi protesta como profesional... nunca menciono quien me ayudó a aventarme a ese abismo desconocido y profundo en medio de mi incertidumbre emocional de los 18 años (y también profesional), puesto que yo no tenía planes concretos de cual carrera elegir como el resto de mis amigos o compañeros.
La nota de hoy, aparte de ser en el marco del décimo primer aniversario de dicha toma de protesta, es un agradecimiento al infinito para quienes estuvieron recorriendo ese sinuoso camino conmigo, junto a mi, lejos de mi; pero, es, sobre todo, para darle un poco de mérito a quien me habló de ésta carrera: que tenía de todo y no tenía nada de especialidad (si la tiene pues, pero no en una sola rama, como otras que me llegaron a llamar la atención antes de darme cuenta de que era una papa en algunos temas y, la verdad, me dio miedo a fracasar universitariamente), que donde te pusieran, tenías que funcionar, algo así, como terminé autodefiniéndolo, similar al médico general pero de procesos, maquinaria y personal: Ingeniería Industrial.
Vincent estaba tratando de sacar las materias de dicha carrera que tenía rezagadas cuando yo lo conocí, y al estar toda desorientada mientras mis amigos ya tenían sus fichas de los exámenes de admisión (en por lo menos dos universidades) yo estaba tragando moscas sin planes, sin decisión y me dijo: ¿por qué no lo consideras como opción? Si yo ya casi termino, cualquiera puede... tu puedes, eres muy lista. Se refería a que, con todo y sus prolongadas ausencias por enfermedad, no era tan complicado terminar el plan curricular.
Y pues, sin muchas ganas hice el trámite, puesto que estaba inclinándome más en interés por la facultad de medicina de la UAC, pero mi madre dijo que no pagaría otra universidad que no fuera el Tec Laguna) y de hecho, fue la única ficha que yo saqué, o sea, a fuerza debía pasaba el examen si quería entrar a alguna universidad, si no, quien sabe cual hubiera sido la historia.
Pues si pasé, y eso fue el comienzo de un montón de aventuras, tragos amargos, decepciones, pruebas intelectuales, y algo de satisfacción intelectual, emocional, amorosa y sentimental.
En alguna ocasión, creo la última vez que pude ver a Vince en persona, fuimos a comer a 4 caminos (comida china, eso si lo recuerdo perfecto), después de una historia de alejarme y no tener mucho contacto con él, por mi propio bienestar emocional, pues era alguien que decía quererme cerca pero al mismo tiempo me alejaba con sus acciones para, supuestamente, no lastimarme, porque teníamos muchas cosas parecidas en nuestra forma de ser, pensar, actuar (patrañas).
Le dije que ya estaba en la residencia, prácticamente ya había terminado la carrera. Sonrió y me dijo "te dije desde el principio que si ibas a poder, me da mucho gusto". De alguna forma, le di las gracias por darme el norte de probar en dicha rama, que si bien no era mi sueño dorado de la niñez (que siempre dije que quería estudiar electrónica, hasta que llegué a LUZAC y me di cuenta de que las matemáticas no eran mi mejor materia), al menos, me la estaba rifando porque, algunas cosas se me daban.
Le dije que ya estaba en la residencia, prácticamente ya había terminado la carrera. Sonrió y me dijo "te dije desde el principio que si ibas a poder, me da mucho gusto". De alguna forma, le di las gracias por darme el norte de probar en dicha rama, que si bien no era mi sueño dorado de la niñez (que siempre dije que quería estudiar electrónica, hasta que llegué a LUZAC y me di cuenta de que las matemáticas no eran mi mejor materia), al menos, me la estaba rifando porque, algunas cosas se me daban.
Lo invité a mi toma de protesta.
Nunca llegó.
No hubo mensajes de disculpas.
No hubo felicitación posterior...
Tiempo después me enteré de que murió.
No voy a brindar con vinito esta noche en conmemoración del evento.
No voy a decir que profesionalmente, me ha sido fácil encontrarle el gusto a esta carrera.
Voy a comerme unos hot dogs y tomarme una cerveza, en conmemoración de Vince, que amaba comer salchichas y ponerse ebrio, aunque eso lo dejara en pésimo estado de salud... y a manera de ofrenda-agradecimiento porque, sin saberlo, me dio un futuro que ahora me da de comer, cumple mis caprichos y provee para ami familia.
Por Vince.
Donde quiera que estés.
Lamento que no pudieras "trascender"...
(aunque Nancy siempre lo odie por como me hizo sentir).