ha vagado en mi cabeza, la pregunta que desató el llanto el sábado pasado me quebró por completo y tuve que decir "¿puedo pensarlo y te digo ya que le preguntes al resto?" por primera vez, dudé; sobre la muerte y sus implicaciones, dudé sobre mis herederos del seguro, me aguanté las ganas de decir tu nombre y no sé si fue una decición acertada o no, pero decidí dejarte pasar de largo en mi vida como tu has decidido que yo sea un accesorio en la tuya
me he preguntado lo mismo una y otra y otra vez: ¿sería bueno mandar todo nuevamente al diablo y empezar en otro lugar?